La estupa, o templo budista, de Epuyén es la más grande y austral del país. Tiene una geometría perfecta. El lugar donde se edificó fue soñado por un lama nepalí y atrae a turistas de todas partes. Surgieron muchos obstáculos durante la construcción, pero la última voluntad de un hombre, ayudó a finalizarla.
La historia de la estupa de Epuyén
“Queríamos hacer algo que beneficie a la gente”, con esa premisa básica comenzó la construcción de la estupa en Epuyén, durante un caluroso enero de 2011. “Comenzamos la obra con gente que vino de un monasterio de la India, ellos trabajaron a la par nuestra. Encaramos todo a pulmón y con la ayuda de la gente”, recordó Alejandra quien, junto con Metra, son los hacedores de este enorme proyecto filántropo.
Que es una estupa
Las estupas tienen un significado muy profundo dentro de los preceptos budistas. Concretamente, son monumentos arquitectónicos con representaciones geométricas de un estado espiritual.
Según explicó Alejandra, la forma surgió luego de un hecho histórico: “El Buda tomó sus hábitos, los dobló, le colocó el cuenco que utilizaba para comer encima y dijo que si alguien quería acordarse de él utilice esa forma. Era algo simbólico pero con mucha carga significativa porque, tanto el hábito como el cuenco, simbolizan mucho dentro de las concepciones budistas”.
La estupa y los héroes
Según la concepción occidental, héroes son aquellos que, haciendo uso de algún superpoder, salvan a la humanidad de ser aniquilada. Pero, dentro del budismo, los conceptos no son iguales.
En diálogo con Patagonia Andina, Alejandra precisó que “en muchas de las estupas antiguas se colocaban dentro los restos de los héroes. Para los budistas los héroes son aquellas personas que han alcanzado realizaciones espirituales”.
Todos los elementos anteriormente mencionados, combinados, dieron origen a la figura actual de la estupa que tiene ocho tipos diferentes y cada una de ellos rememora alguna de las etapas de la vida del Buda histórico.
Samantabhadra, la estupa de la iluminación
Todos los templos budistas tienen sus respectivos nombres y significados. Ellos son tan importantes como la estructura arquitectónica en sí.
“Samantabhadra es el nombre que le fue otorgado por los maestros. En el budismo existe una figura muy importante que es Bodhisattva. Bodhi significa mente y Sattva sería el ser. Hay ocho de ellos y uno es Samantabhadra, este es el que realiza ofrecimientos más espectaculares a la mente iluminada. Se considera como el Buda Primordial, es la naturaleza innata que todos tenemos de sabiduría y compasión”, explicó Alejandra a Patagonia Andina.
La estupa de Epuyén y la adivinación de un maestro budista
Las estupas que existen a lo largo y a lo ancho del mundo tienen su carga energética, histórica y espiritual. La de Epuyén no es la excepción y fue concebida de una manera muy particular.
Iluminación
“Nuestra estupa fue dada en instrucción por el maestro que dirigió la obra. En el budismo, los maestros hacen ‘adivinaciones’ y, según una de ellas, se designó erigir aquí una estupa de Iluminación. Se denomina así porque rememora el momento en el que Buda alcanzó la iluminación propiamente dicha”, señaló Alejandra.
Un reto arquitectónico en la Patagonia
La estupa de Epuyén tiene 12 metros de alto y fue perfeccionada geométricamente. Tiene una medida especial que debe respetarse y que, sin importar el tamaño, debe dimensionarse de igual manera. Se tardó 3 años en construir y está erigida en un área intangible, donde no hay intervención humana.
En este sentido, Alejandra explicó que “las estupas son huecas, por eso representan una difícil tarea a la hora de construirlas. Van rellenas y llevan muchos elementos representativos de los propios elementos que hay en la naturaleza. Además de mantras, que van designados en la parte del cuerpo, para armonizar.
El sueño del lama en Nepal y las 108 ruedas de oración
Las estupas tienen una matriz muy profunda y espiritual. Y, durante el proceso de construcción, sucedieron cosas propias de este poderoso vórtice de energías.
Origen onírico de la estupa de Epuyén
“Hay detrás una historia muy particular e interesante”, comenzó a relatar Alejandra a Patagonia Andina. “El maestro, que en ese momento era un abad de un monasterio en la India, nos dijo que en un sueño le aparecía que esta estupa debía llevar 108 ruedas de oraciones a su alrededor”.
“Así fue que comenzamos a trabajar para realizarlas. El número 108 es especial en el budismo. Nuestro maestro explicó que los objetos no son sagrados por el objeto en sí, sino por la fuerza y la energía que a lo largo del tiempo le va imponiendo la gente. La fuerza de la estupa tiene ese propósito y es como un catalizador de energías positivas”, detalló.
El mantra que pide por la humanidad
Los mantras pueden definirse como sonidos, frases o palabras que contienen un poder espiritual positivo.
Alejandra explicó en este sentido que: “Cuando se hacen girar las ruedas, el mantra que se repite es: ‘Que todos los seres dejen de sufrir’. Las ruedas de oraciones que hay en los laterales fueron construidas por artistas locales, las martillaron una por una y con mucha precisión. Hicieron un gran trabajo y estamos muy agradecidos. Gracias a ellos pudimos concretar el mandato del maestro”.
La esencia de lo sagrado y un regalo especial
Todas las estupas son importantes por su relevancia espiritual y por los beneficios que dan para la gente que las circunvala. La de Epuyén se caracteriza por tener algo que la hace diferente.
“En particular, contiene parte de la esencia del Buda histórico, debido a que fue honrada con un regalo especial. Pero el elemento más importante es que la estupa tiene todas las enseñanzas que el Buda dio. Los textos vinieron desde Nepal y llegaron luego de un intenso trabajo de mucha gente que contribuyó para que podamos recibirlos”, precisó Alejandra a Patagonia Andina.
Y agregó: “Cada una de las partes de la estupa tiene un significado. Las puertas, las decoraciones, y los aros milimétricos de la bumpa, todo. Desde el exterior nos mandaron los mascarones que están alrededor de la estupa y aquí se generó todo con la supervisión de un artista nepalí”.
La última voluntad de un hombre flamea en las 108 banderas
Cuando se encara un proyecto de esta magnitud suelen surgir algunas dificultades. En este caso, la construcción avanzó a buen paso, pero, sobre el final surgió un obstáculo, tras una nueva petición del lama.
De Suiza a Epuyén
“Las banderas fueron otra petición de nuestro maestro. Nos dijo que tenían que ser 108 mástiles, y que debían llevar oraciones para disminuir el impacto de los elementos y generar una armonía particular. Esto fue un verdadero reto económico, pero apareció alguien”, rememoró Alejandra.
“Recibimos el donativo de una persona que iba a morir. Él estaba en Suiza y su voluntad fue dejar esto como su último legado. Nos envió los fondos para comprar todos los postes y colocar las 108 banderas. Fue algo muy lindo”, recordó.
Al tiempo que agregó: “Ahora invertimos en una prensa y, gracias a una donación que recibimos de unos maestros budistas que nos visitaron, ya podemos imprimir nosotros las banderas”.
Beneficios personales que trascienden
Según explicó Alejandra, los beneficios que brinda la estupa trascienden, independientemente de que las personas sean o no budistas: “La estupa beneficia a la persona solo con circunvalarla en la dirección de las agujas del reloj. De esta manera, todos generamos un vórtice de energía que nos afecta de manera positiva”.
“En sus enseñanzas –continuó- el Buda dijo que cualquier persona que diera la vuelta a una estupa, siembra de alguna manera la semilla de su despertar de conciencia, el desarrollo del corazón, el amor y la sabiduría que tiene todo ser”.
Bienestar
En conclusión, Alejandra destacó que “la idea es que la gente se acerque, tenga un lugar de referencia para ir libremente y un momento de paz y tranquilidad. Para estar con uno mismo y para estar en comunión con lo que arquitectónicamente irradia la estupa. Puede ser un momento para resolver, para tener una pena o para convivir. El punto más importante es que las personas puedan ir y sentir un bienestar interno y espiritual”.
Entrada y ubicación
La estupa está ubicada en cercanías al lado este de la Ruta 40, ingresando a la localidad de Epuyén, desde El Hoyo, Chubut. El ingreso al predio está señalizado, cuenta con un estacionamiento dentro, donde se deja el vehículo para después descender unos escalones que conducen a la estupa.
Ingreso al predio en Epuyén
La entrada es libre y gratuita y no tiene un horario. “Es para cuando la gente quiera y lo necesite. Es un lugar especial para la comunidad, todos lo cuidan y lo respetan mucho. Se ha transformado en un atractivo turístico de la región. Para nosotros, mientras más gente venga, más gente se beneficia”, instó Alejandra.
Actividades y charlas en la estupa de Epuyén
Suelen darse actividades en torno a la estupa, más aún en los meses de verano que es cuando el clima acompaña. Además, se reciben visitas de lamas y maestros que brindan charlas para todo el público.
“En verano, generalmente tenemos más actividades. Suelen venir maestros a dar charlas públicas y también realizamos meditaciones en silencio, o distintas actividades que fomenten el bienestar interno de las personas. También recibimos músicos con quienes realizamos un ofrecimiento de sonido a la mente despierta”, concluyó Alejandra.
La estupa de Epuyén es un lugar distinto. Un sitio para encontrarse, para pasar tiempo a solas o acompañados, y para contemplar las bellezas que rodean a esta obra arquitectónica. En definitiva, para estar conectado con uno mismo, con la naturaleza y con la magia de este rincón de Chubut.
Hermoso lugar, lleno de paz!